lunes, 6 de diciembre de 2010

El deporte (no Bielsa) un asunto país

Un reputado Senador de la República, abrumado por las encuestas y la pérdida de popularidad del Presidente de la República, exige que el tema Bielsa sea considerado un tema-país.
Queda de manifiesto el valor de las encuestas y la capacidad de éstas de determinar la agenda país, transformando el asunto del poder político en un fin en sí mismo y no en el medio civilizado que tiene la sociedad para conseguir paz, justicia y bienestar. También es evidente que lo que nunca pudo el valor social del deporte lo ha conseguido una persona en particular.
A pesar que con Bielsa hemos aprendido una barbaridad y tenemos resultados deportivos que han alimentado gratuitamente la agenda de los medios de comunicación y han generado mucho valor económico para las marcas comerciales que apostaron a su imagen o a la de la selección nacional, éste sólo vino a eregirse en un tema país cuando su continuidad puso en jaque la popularidad del primer mandatario.
Las lecciones de Bielsa, alguna evidentes y otras más disimuladas pero no por ellas irreales, como el gran juego táctico, la voluntad de ganar, el contacto restringido con los medios, el nulo contacto con sus pares, las nuevas normas de urbanidad ( consultar al invitado antes de invitarlo bajo riesgo de ser mal educado), el desprecio por los reglamentos internos de disciplina, apoyar a muerte a un inculpado antes de la sentencia y por el sólo hecho de tenerle aprecio, etc. etc. no han aumentado en uno sólo los practicantes del deporte, no han generado ni una sola modificación a los planes deportivos escolares. Tampoco éste, en siquiera una de sus intervenciones públicas, ha llamado a la población a practicar deporte con la vehemencia que los movilizó en contra de un dirigente deportivo.
Con Bielsa sólo se ha generado un culto a la personalidad que ha permitido que todos estemos dispuestos a cambiar nuestra institucionalidad (incluída la agenda del país) para que siga entrenando a la selección adulta reclupido en su bunker de Pinto Durán.
Tanto culto personal agobia y tanto desprecio por lo importante desilusiona.
La agenda del país debe apuntar al deporte y no a Bielsa, más aún en una sociedad como la chilena que tiene una de las mayores tasas de obesidad infantil y depresión leve o moderada de la región, entre otras enfermedades o malos hábitos sociales,que tienen en la práctica deportiva su mejor remedio.
La mejor lección del caso es para los seguidores del deporte, que son muchos más que los que siguen a Bielsa. Una invitación a que afecten los índices de popularidad del Presidente y se erijan en la causa de su baja en las próximas encuestas. Con ello, conseguiremos lo que en 200 años nadie ha logrado: que el Deporte sea un asunto país.

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