lunes, 23 de julio de 2012

DON ELIAS: GRANDE COMO UN ESTADIO

No sólo la justicia del homenaje a uno de los más grandes futbolistas chilenos de todos los tiempos sino que hacerlo en vida, es lo que se agradece cuando se bautiza el Estadio Playa Ancha de Valparaíso con el nombre de Elías Figueroa. Debo reconocer un afecto y respeto especial por don Elías. Tres veces mundialista, 1966 en Inglaterra, 1974 en Alemania y 1982 en España, también fue tres veces el mejor futbolista de América cuando los mejores del continente, incluido Pelé, jugaban precisamente en esta parte del mundo. Exceptuando la Selección de 1962, que está en una galería especial del Museo de los Héroes del Fútbol y la 1998, de cuyo proceso directivo me siento parte, personalmente creo que la Selección Chilena de 1974 juntó a una legión de jugadores extraordinarios, encabezados por don Elías, a los que admiro hasta el día de hoy. Y si el gol de José Luis Sierra contra Camerún es la emoción mundialista que mejor atesoro porque el Coto será siempre un grande para todos los que sentimos la roja de Unión Española y vivirlo en el estadio es imborrable, la imagen mundialista que siempre me acompaña es la de Don Elías, en primer plano televisivo, después de estrellar un remate en el travesaño contra Australia bajo el diluvio alemán. Tengo experiencias directivas importantes, pero debo confesar que compartir directorio con Elías Figueroa en la Corporación Deportiva de Peñalolén junto a dirigentes como Alfonso Swett y Julio Riutor ha sido una muy buena escuela. El año 2006 firmamos juntos la Declaración de Santiago, documento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Promover y Difundir el Deporte como agente de Paz y Desarrollo. Su intervención sobre los valores asociados a la práctica deportiva y su propia experiencia personal fue conmovedora. Este reconocimiento a don Elías Figueroa es una gran oportunidad para que nos acostumbremos a reconocer en vida a los que hacen cosas. Hay que imitarlo y no sólo en el fútbol. También un estímulo para acostumbrarnos a llamar a los estadios por el nombre de la persona que queremos honrar. Elías Figueroa, Julio Martinez, Rubén Marcos, Sanchez Rumoroso, David Arellano, Germán Becker, Carlos Dittborn, Lucio Fariña, Nelson Oyarzún y otros más, merecen instalarse como sinónimos de estadios y hacer efectivo el homenaje a las personas que nuestro fútbol reconoce y venera. Me acuerdo de los Panzers y si bien don Elías no jugó en el equipo campeón de 1968 , hoy sería una buena oportunidad para que las tribunas del recinto, como en Santa Laura y en San Carlos de Apoquindo, recuerden a los que mejor estimen los wanderinos . Felicitaciones a Elías Figueroa. Gracias a los que han tomado la decisión de honrarlo en el Estadio Playa Ancha. Mis respetos al Wanderers y a todos los wanderinos. Con el nombre de su nuevo estadio evocarán una fuerza y una moral deportiva que los transformará en un equipo muy difícil de vencer. Un recuerdo a todos los héroes del fútbol chileno, que como Don Elías, merecen de nosotros un cariño y gratitud tan grande que un estadio. .

sábado, 21 de julio de 2012

Legitimidad Social del Futbol

Hace algunos días, en el primera feria del fútbol interesante iniciativa que espero se consolide, fui invitado a compartir un panel sobre el Fútbol y su impacto en la Sociedad. Junto con destacar los valores asociados al deporte propiamente tal –salud, educación, prevención de conductas riesgosas, desarrollo de habilidades sociales como trabajo en equipo, lealtad, solidaridad- expuse el aporte concreto que el fútbol profesional hace a través del empleo de jóvenes entre 18 y 25 años con rentas promedio que superan con creces el sueldo mínimo. Asimismo, demostramos que muchas empresas dispuestas a colaborar con la comunidad a través de programas de responsabilidad social o interesadas a potenciar el desarrollo de sus ejecutivos encontrarían en el fútbol una herramienta muy valiosa de apoyo. Así lo demuestran, entre otros, programas sociales como el “fútbol calle” o las conferencias de liderazgo dictadas por destacados ex futbolistas o vigentes entrenadores de fútbol. Sin embargo, y a pesar de las evidencias que pueden demostrar todo lo anterior, el fútbol no es el deporte favorito para los responsables de la toma de decisiones a la hora de contratar una herramienta de desarrollo y no solo en programas de contribución a la sociedad o de formación de ejecutivos. Las barreras que genera nuestro fútbol las podemos agrupar en tres grandes capítulos: Alta conflictividad de la actividad. En muchas Industrias, la competencia entre los operadores de la misma, es la característica más importante, como ocurre en la banca, el retail y las telecomunicaciones por ejemplo. Sin embargo, en estas industrias ni las empresas ni las personas se descalifican, agreden o desprestigian mutuamente como se hace en el fútbol. Alimentado por la pasión propia de un juego tan emocionante, el fútbol y sus actores no saben poner límites a la fase competitiva y trabajar en la fase colaborativa. Nunca he visto a los presidentes o directivos de empresas competitivas tratar a sus pares como se tratan los líderes de los clubes de fútbol cuando tienen que dirimir legítimas diferencias o intercambiar argumentos en una materia abiertamente opinable. Falta de transparencia de la actividad. Hoy día se han derrumbado los muros entre la vida púbica y privada cuando la actividad es socialmente relevante. No basta con las obligaciones legales para sentir que se informa adecuadamente sobre la actividad. La sociedad exige cada día más información y más coherencia entre lo que se dice y que se hace. Cuando hablamos de transparencia, no sólo hablamos de evitar los fraudes sino que nos referimos a la publicidad e información de los actos que se desarrollan por los actores del fútbol. Hay muchas actividades propias del fútbol que ya no soportan la histórica y a veces fundada opacidad con la que operan aunque no haya norma legal que lo prohíba: el sorteo, calificación e informes de los árbitros; las audiencias de los tribunales, comisiones o directorios; las negociaciones y transferencias de futbolistas; etc. En línea con los últimas tendencias en la materia, se demanda información financiera abierta para los accionistas y también para cualquier interesado. Innovación en la gestión. El fútbol es un espectáculo y como tal compite con todos los actores insertos en la Industria de la entretención. El cine, los conciertos, los centros comerciales, entre otros, son los competidores a los que hay que vencer para conquistar el gasto que las familias están dispuestas a realizar. ¿Es nuestro fútbol un espectáculo seguro, competitivo y emocionante? ¿Son seguras, ordenadas y limpias nuestras instalaciones deportivas? Me temo que seguimos trabajando para “sacar adelante” el partido y no para producir un espectáculo y ello es el principio del fin porque sin espectáculo irán muriendo los clubes capaces de jugar partidos. Confío mucho en el fútbol. Creo que es la mejor herramienta de posicionamiento, desarrollo y promoción social que una empresa u organización comprometida con la comunidad, sus clientes y trabajadores puede encontrar. Uno de los mejores lugares para trabajar para la juventud chilena. Un espectáculo atractivo como ninguno. La misma convicción y cariño que me hace creer en el fútbol es la que me mueve a pedir cambios. No sólo se modifica lo que anda mal. Para conquistar sustentabilidad y futuro, innovar es imperativo.

jueves, 5 de julio de 2012

Eurocopa y algo más

Ha sido una competencia extraordinaria. Buena infraestructura, celosa organización, planos amplios en las transmisiones televisivas, públicos comprometidos con el espectáculo y modelos efectivos del control de la violencia de los ultras. El arbitraje debe asumir que con los adelantos tecnológicos no se puede seguir asociando la suerte de un partido al buen o mal cometido de los árbitros si ya hay suficiente emoción con la contingencia incierta que depara el rendimiento de los propios futbolistas. En lo futbolístico, la posesión del balón es la clave en la que descansan las selecciones más exitosas. La condición física, más que para dar vértigo se emplea para asegurar la posesión del balón, la presión sobre el rival y la profundidad del ataque del equipo. El campeón España, más que una lección de fútbol de toque (tiquitaca le llaman), da una señal del valor de apostar por conceptos más que por nombres propios. No son los individuos los que aseguran los éxitos, son las ideas claras bien ejecutadas. La selección española juega como el Barcelona sin necesidad de Guardiola en la banca ni de Messi en la cancha. La personalidad de Vicente del Bosque vuelve a centrar las miradas en los futbolistas como los actores más importantes y en su rendimiento como el factor más gravitante. A pesar que Del Bosque movió las piezas con la maestría de un ajedrecista, demostró un conocimiento acabado del juego, de sus rivales y de sus jugadores y ejerció con sus variantes tácticas una influencia importante en el resultado del juego, jamás posó de héroe ni de gladiador. Una lección para aquellos que hacen de la dirección técnica la clave del éxito en este juego. España mostró distintos esquemas, incluso en el mismo partido, instalando la flexibilidad como una variante más de la seguridad táctica y poderío técnico contra la lectura fácil que califica como señal de desconcierto cambiar de hombres y de tácticas. Nadie más seguro de sí mismo que aquel que se permite variantes. Una Eurocopa multirracial en la que países que en la página inmediatamente anterior de la historia renegaban de la integración racial tienen a hijos de inmigrantes como sus íconos nacionales. Balotelli, más que una apología a la rebeldía, es un ejemplo que el mundo de hoy es de los humanos y no de aquellos que son originarios o transplantados a la tierra nacional que entre todos debemos hacer crecer. El fútbol se instala como un fenómeno social extraordinario que rebasa lo meramente físico y quien cree que para navegar en los mares universales sólo debe estarse a los escrito por las grandes mentes, hoy es invitado a abrir las ventanas de su biblioteca y observar esta aventura humana que, como todo lo inmenso, nace de algo simple y muy sencillo como puede serlo un juego de balón. Finalmente, en una Europa que parece derrumbarse, la gente demuestra pasión y energía suficiente y nos hacen creer que serán capaces de salir adelante. Eso sí, atravesarán el desfiladero solos y eso se lo han notificado sus propios líderes políticos. En los palcos de la final hay un aviso que nada importa más que el propio interés del que manda. A pesar que parte del camino que les llevaría a ese sitial lo pavimentaron por su rechazo al tratamiento que da Ucrania a la ex primera ministra Yulia Timoshenko, los jefes no dudaron en asistir y dejar en letra muerta una recomendación de la propia Unión Europea. Vaya forma de decirnos algo que ya presumíamos: los derechos fundamentales de Yulia, como los de todos, no valen más que un flash. Por eso, las lecciones de los deportistas van más allá del fútbol: el mundo de verdad está en la cancha y no en los gabinetes. ¡¡¡Y en la cancha se ven los gallos!!! .