Las selecciones menores de Chile han fracasado en sus eliminatorias mundialistas. Las explicaciones son muchas pero no hay justificaciòn para el mal resultado. El futbolista menor se forma en los clubes y en la selección se hace alto rendimiento que busca imagen deportiva del país, rentabilizar la inversion en trabaja formativo y transformar esta instancia en la punta piramidal del trabajo formativo competitivo que hacen entre todos pero con base en el CLUB.
La ANFP se ha atrevido a dar este salto conceptual solo con la selección mayor y ha reducido el trabajo de Bielsa al resultado eliminatorio. Bielsa es éxito si clasifica y fracaso si pierde. Punto.
Esto es UN GRAN AVANCE. Deja de lado una trasnochada teoría que los entrenadores nacionales predican para formar a todos y de paso a ganar con la selección. El famoso cuento (y mito) del largo plazo, que también se replica en los clubes, con un entrenador superestrella que tiene tiempo para hacer alto rendimiento con el primer equipo, formación con las divisiones inferiores y educación deportiva con las escuelas de fútbol nunca ha sido válido en Europa y ya va siendo dejado de lado en Chile. El éxito de este avance se notará y pronto.
Si se quiere formar bien, apoyen a los técnicos que están en cadetes de los clubes: capacitación; medios y recursos. Sensibilicen a los clubes que hay que invertir en formación, pero no intenten compensar esa debilidad con un buen formador en Pinto Durán.
Si queda claro que para la selección mayor, y también para el primer equipo de un club, se necesita un entrenador cuyo rol es ganar y sacar alto rendimiento a los jugadores que el entrenador nacional selecciona (haciéndose responsable de elegir bien o mal) o que el club pone a su disposición del DT del primer equipo, a través de la promoción de buenos jugadores jóvenes formados en casa o a través de la adquisición de buenos futbolistas en los mercados nacionales e internacionales (por expertos del club y no por empresarios comisionistas).
Sin embargo, esta claridad para la selección mayor no se tiene para las selecciones menores.
Bajo el supuesto que el técnico a cargo de una selección o de un club está para sacar alto rendimiento a los jugadores, en las menores el rol del DT Nacional es el mismo. Si ganan un éxito, si pierden, fracaso.
Por ello, en las selecciones menores también se deben evaluar los técnicos por rendimiento, se les debe exigir experiencia en competitividad y que estén conscientes que lo suyo es ganar en buena lid y con calidad y no "repasar" o "enseñar" lo que debiera hacer el club.
A la luz de los resultados, Bassay y Vaccia han fracasado y Sulantay tuvo éxito.
Hoy es la hora de probar con nuevos entrenadores: Manuel Rodríguez Araneda, Jorge Garcés, Espina, Olmos y tantos otros que están disponibles y que pueden ser el brazo idóneo para sacar alto rendimiento a jugadores jóvenes que se presumen bien formados por especialistas en sus respectivo clubes.
A Pinto Durán no se llega a aprender fundamentos, se llega a desplegarlos en toda su potencialidad.
La ANFP se ha atrevido a dar este salto conceptual solo con la selección mayor y ha reducido el trabajo de Bielsa al resultado eliminatorio. Bielsa es éxito si clasifica y fracaso si pierde. Punto.
Esto es UN GRAN AVANCE. Deja de lado una trasnochada teoría que los entrenadores nacionales predican para formar a todos y de paso a ganar con la selección. El famoso cuento (y mito) del largo plazo, que también se replica en los clubes, con un entrenador superestrella que tiene tiempo para hacer alto rendimiento con el primer equipo, formación con las divisiones inferiores y educación deportiva con las escuelas de fútbol nunca ha sido válido en Europa y ya va siendo dejado de lado en Chile. El éxito de este avance se notará y pronto.
Si se quiere formar bien, apoyen a los técnicos que están en cadetes de los clubes: capacitación; medios y recursos. Sensibilicen a los clubes que hay que invertir en formación, pero no intenten compensar esa debilidad con un buen formador en Pinto Durán.
Si queda claro que para la selección mayor, y también para el primer equipo de un club, se necesita un entrenador cuyo rol es ganar y sacar alto rendimiento a los jugadores que el entrenador nacional selecciona (haciéndose responsable de elegir bien o mal) o que el club pone a su disposición del DT del primer equipo, a través de la promoción de buenos jugadores jóvenes formados en casa o a través de la adquisición de buenos futbolistas en los mercados nacionales e internacionales (por expertos del club y no por empresarios comisionistas).
Sin embargo, esta claridad para la selección mayor no se tiene para las selecciones menores.
Bajo el supuesto que el técnico a cargo de una selección o de un club está para sacar alto rendimiento a los jugadores, en las menores el rol del DT Nacional es el mismo. Si ganan un éxito, si pierden, fracaso.
Por ello, en las selecciones menores también se deben evaluar los técnicos por rendimiento, se les debe exigir experiencia en competitividad y que estén conscientes que lo suyo es ganar en buena lid y con calidad y no "repasar" o "enseñar" lo que debiera hacer el club.
A la luz de los resultados, Bassay y Vaccia han fracasado y Sulantay tuvo éxito.
Hoy es la hora de probar con nuevos entrenadores: Manuel Rodríguez Araneda, Jorge Garcés, Espina, Olmos y tantos otros que están disponibles y que pueden ser el brazo idóneo para sacar alto rendimiento a jugadores jóvenes que se presumen bien formados por especialistas en sus respectivo clubes.
A Pinto Durán no se llega a aprender fundamentos, se llega a desplegarlos en toda su potencialidad.
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