En una muy buena medida, la ANFP ha programado el partido Chile-Venezuela por las Eliminatorias en el Estadio Monumental David Arellano que tiene una capacidad limitada inferior a la del Estadio Nacional Julio Martínez.
Puestas a la venta las entradas, una gran cantidad de seguidores de la selección nacional se quedaron sin entradas y, por ende, no podrán ver el partido en el estadio.
Sin embargo, ningún hincha amenazó con quemar el Estadio si no hay entradas y no lo dejan entrar el día del partido. Ningún dirigente del fútbol, ha sugerido a la ANFP que se debe cambiar de estadio por los riesgos que conlleva dejar a miles de chilenos sin presenciar el juego en la cancha. Ningún periodista deportivo ha hecho una campaña en pro de minimizar riesgos y sugerir que se debe cambiar el estadio.Qué bueno que ello ocurra.
Ha quedado de manifiesto que no es la capacidad limitada del estadio lo que provoca amenazas de incendio. Es el espíritu criminal de los hinchas que lo hacen. Ha quedado de manifiesto que no es la capacidad limitada del estadio la que lleva a los dirigentes a sugerir cambios de estadio. Es la falta de fair play de las personas que lo hacen. Ha quedado de manifiesto que no es la capacidad limitada del estadio la que lleva a los periodistas a realizar campañas del terror en su medios de prensa. Es la mala fe de las personas que lo hacen.
Los estadios tienen capacidad limitada y, como en todo, hay que saber quedar afuera tanto como ingresar.
Unión Española al perseverar en la decisión de jugar en Santa Laura, aún a puertas cerradas, dio una lección ética a esos hinchas, dirigentes y periodistas que hoy callan frente a una situación similar y que por su simulitud deja de manifiesto el vicio en que incurrían los agoreros de infortunios. A pesar de que callan hoy, su silencio les grita su falta de moral cuando se opusieron que la final del clasura entra la U y la UE se jugara en el Estadio Santa Laura.
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