Estrellas Deportivas

Esta semana ha dejado en evidencia el impacto del deporte en la vida nacional y en la imagen país. La buena semana deportiva de Fernando González en el torneo francés de tenis, el extraordinario fichaje de Manuel Pellegrini como entrenador del Real Madrid y la despedida de Marcelo Salas, pusieron a Chile en primera plana de la prensa mundial y, al deporte, como la actividad más comentada en la semana chilena.

No hay agencia ni comisión de imagen país que sea capaz de mencionar a Chile en la prensa francesa, española y en los despachos de agencias periodísticas al exterior, como lo hicieron las notas referidas a Fernando González, Manel Pellegrini o Marcelo Salas.

Sin embargo, este impacto no es el fruto de una política deportiva que haya cuantificado tamaños resultados. Ver tanta evidencia lleva a pensar, sin ánimo de polemizar, que lo que se invierte en imagen país no es lo mejor ni más rentable.

A los innumerables beneficios que tiene para el país la práctica deportiva, si aislamos los beneficios en imagen, estos justificarían por sí mismo una inversión mayor en el deporte.

Tenemos mucho que hacer. Chile no tiene autoridad moral para arrogarse ni beneficiarse de la imagen país que "chorrea" de los éxitos de González, Pellegrini o Salas. Chile tiene la obligación moral de tomar en serio, de una vez por todas, el impacto país que tiene el deporte en múltiples campos del quehacer nacional y que trascienden la mera transpiración.

Ya es hora de un plan deportivo que, como pirámide, tenga su base en la recreación y su cúspide en la alta competencia, pasando por una escuela deportiva que enseñe valores, competitividad y excelencia en la práctica deportiva propiamente tal y en la formación personal del deportista.

El primer paso, recuparar para el deporte a miles de ex deportistas que podrían sembrar ilusiones y sueños en las miles de instalaciones deportivas abandonadas en barrios y poblaciones del país, siendo monitores y ejemplos vivientes que sí se puede conseguir el éxito.

Un reconocimiento y un trabajo digno en el mundo deportivo para ex campeones chilenos, sudamericanos, panamericanos y olímpicos que hoy no tiene ni siquiera voz en el deporte chileno.

La mejor manera de felicitar y agradecer a González, Pellegrini y Salas es hacer en Chile lo que a ellos les ha dado el triunfo que hoy celebramos: tomarse el deporte en serio.